miércoles, 8 de febrero de 2012

Hubo fuego en su mirada... y aún no encuentro las cenizas



Y asi,
con una mirada,
sellamos el silencio, la complicidad, la culpa... la verguenza.

Esa tarde, cuando el sol como un revolver
disparaba sobre el asfalto.


2 comentarios:

Bestia Desértica dijo...

dice tanto y nada. me encanto!

Carlos Benito dijo...

Así que el sol fue el responsable de dicho crimen. Interesante.

Paz, Amor y Alma