viernes, 21 de agosto de 2015

Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá.

Siempre supe que algo así pasaría, pero rezaba estar equivocado, aun a estas alturas siento celos chiquitos por saber que nunca pude darte lo que mercerías y hacerte saber que no debías aceptar menos, aun conservo nuestra primera pequeña platica.

Me gusta el amor cuando suena verdadero, la fé cuando parece inquebrantable, y el perdón cuando se da de corazón.

1 comentario:

La Sarabia del futuro dijo...

He tardado en percatarme de que me habías escrito. Desde entonces voy cada semana al correo para ver si me llevo la sorpresa de tener una contestación tuya y saber que ha pasado en todos estos años. Me has llenado de nostalgia y necesito cubrirla con la alegría de volver a comentarnos.

Espero tu respuesta, husmeador.

Besos y versos