Siempre supe que algo así pasaría, pero rezaba estar equivocado, aun a estas alturas siento celos chiquitos por saber que nunca pude darte lo que mercerías y hacerte saber que no debías aceptar menos, aun conservo nuestra primera pequeña platica.
Me gusta el amor cuando suena verdadero, la fé cuando parece inquebrantable, y el perdón cuando se da de corazón.