Cuánto miedo puede haber después de tantos golpes en el alma? Cuanto miedo puede haber después de estar en segundo plano por tanto tiempo? de estar con las personas equivocadas, de ser visto sólo como cuerpo efímero o compañía simple?
Tengo miedo porque muchas veces me han visto el cuerpo y no me han explorado el alma, mi forma de pensar fue pasada por alto ¡¡tantas ocasiones!! Que me redujeron a una absurda pregunta: ¿qué eres: activo a pasivo? Historias de dolor que, aunque se neutralicen los recuerdos… asusta demasiado tanta incertidumbre.
Hay quienes juran una fidelidad inexistente, un amor intenso y maduro que se acaba con el primer cuerpo que se ofrece y se antoja. Una vez, sólo una vez fui el amante que debía esconderse, abrazarse en lugares lejanos o cerrados y decir palabras a susurros que sólo eran mentiras... hipocresía. alguna otra vez me celaron tanto que terminé enfermo de duda y de desconfianza, otra se enamoraron de mí y yo no pude por más que intenté.
Estuve con quien no supo definir su sexualidad y mucho menos lo que tenía conmigo… es difícil amar a alguien que no se ama así mismo... resulto que fui violentado con silencio.
Palabras y palabras he escuchado y he construido castillos que terminan derrumbados, futuros que jamás se cumplen, lágrimas contenidas y a veces tiradas a mares, sentimientos que nacieron para morir rápidamente.
También pase por momentos en los que dudé del amor, me marchité en vida, dejé de soñar en encontrar algún chico que me hiciera soñar, que no temiera abrazarme, ni decirme jamás lo que siente, que sea equitativo, que crea en mi, que me diga te amo y mi interior se estremezca y hasta hoy he pensado que mi forma de amar y sentir no es para este momento, que lo que espero no existe... lloré tanto que me he secado… hasta dejé de hacerlo.
Quise cambiar tantas veces, arrancarme al corazón para dejar de sentir; quise ser frío, ego centrista, quise no volverme a ilusionar y de repente, como siempre de repente espero a ese alguien que llegue con sus llamadas que transmitan una voz segura y firme, una mirada tierna con ciertas murallas, y sueños que me aterren… pues sé que inevitablemente podría visualizarlos “contigo” y que no sé si se lleguen a construir.
Pero sé también… que no me voy a detener
pues no soy víctima de la vida.